La regla de las 10.000 horas
- Agustina Gallego Soto
- 11 sept 2017
- 3 Min. de lectura
Escribir es 95% de transpiración y 5% de inspiración. Eso decía un mensaje que me mandó Simón hace poco, después de escuchar a un escritor en una charla. No se acuerda quién era (porque fue en un contexto de muchos oradores) pero pensó que lo que dijo me iba a interesar. No es la primera vez que escucho o leo esa idea vestida con diferentes palabras y aplicada a diferentes ámbitos. Malcolm Gladwell, por ejemplo, el escritor y periodista de la revista The New Yorker que escribió Los Fuera de Serie–Por qué unas personas tienen éxito y otras no, llama a esa idea, la regla de las 10.000 horas. Sostiene a través de casos como el de Los Beatles y Bill Gates, la importancia de la cantidad de tiempo dedicado a la práctica para lograr el éxito (nombra también muchos otros factores, además del talento, que mejor leerlos directo de su libro). Una especie de balde de agua fría para aquellos que creen que lo innato y un golpe de suerte es lo único que importa.
Pero volviendo a mi punto y a la foto, les muestro el resultado de uno de los 310 disparos que hice este fin de semana en Epecuén, un pueblo en la provincia de Buenos Aires, a 6 horas de la Ciudad, que en 1985 quedó tapado por agua después de que a causa de una sudestada y problemas en las obras públicas de la zona, el muro de contención que separaba el lago del pueblo cediera y generara una inundación que obligó a todos sus habitantes a abandonar sus casas para siempre. Hoy, 32 años más tarde, lo que queda son escombros y partes de casas que siguen en pie aunque en ruinas, y calles llenas de agua. Agua a la que 13 mujeres nos animamos a meternos hasta pasadas las rodillas, buscando la toma ideal o simplemente ejercitando ese 95%, que en este caso más que de transpiración, fue de inmersión y pies congelados por un rato (en la instastory fotos de este momento). Y todo esto guiadas por nuestra maestra, Inés Miguens que no sólo nos enseña conceptos técnicos y referentes de este arte, sino también la pasión por la fotografía que se le escapa por los ojos cuando nos acompaña en las salidas que organiza y nos comparte su mirada artística.
Así que aprovecho para ser un poco ñoña y felicitarla en su día. Gracias Inés por el fin de semana que pasamos entre agua, minerales sanadores, quesos deliciososss, ricos vinos, un par de 8s y 7s (del Eneagrama) y en mi caso particular, un dolor de panza desubicado que terminó en indicación de reposo por algunos días!


Y no puedo dejar de acordarme también de los que están sufriendo las consecuencias del agua del fin de semana, todas mis energías optimistas para esas zonas.
Y un dato de color para rematar el día: las aguas termales del Lago Epecuén contienen un alto grado de salinidad, similar al del Mar Muerto y por eso se considera que tiene muchos beneficios. Relajación muscular, regulación del sistema neurovegetativo, sueño reparador y mejoramiento en psoriasis, dermatitis, eccemas y problemas del aparato locomotor como artrosis, artritis rematoidea, fibromialgia, lumbalgia y muchas otras condiciones más, son algunas de las promesas de estas aguas que hacen flotar y que se ofrecen en algunos hoteles de Carhué. (Cero lujo pero bien para un fin de semana de aventura fotográfica)











Comentarios